Argenzuela: espejito, espejito dime qué reino es menos bonito
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Argenzuela: espejito, espejito dime qué reino es menos bonito
por Abel Vie Ene 30, 2015 7:40 pm
Venezuela y Argentina son los países con los niveles de inflación más alta del mundo. A continuación, se presenta un análisis de las polémicas similitudes entre ambas naciones a tener en cuenta
Referirse a la Argentina como “Argenzuela”, no es una novedad. Gran parte de los locales hace uso de este apodo, señalando las similitudes existentes entre las políticas chavistas impuestas en Venezuela y las impulsadas por el gobierno kirchnerista.
Los paralelismos cobran fuerza si se tienen en cuenta temas como: la inflación, el control cambiario, leyes de control de abastecimiento, la ambigüedad del sistema de justicia, entre otros aspectos. En esta oportunidad, se abordará lo que concierne a la inflación, el resto es harina de otro costal.
Volviendo al tema, los hechos hablan por sí solos. En días pasados, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dio a conocer los resultados del balance las economías de la región para cierre de 2014. El informe señala una tendencia inflacionaria al alza, superior al 9%, impulsada por los indicadores de Argentina y Venezuela.
El país caribeño registró una inflación en torno al 63% para finales del año pasado, mientras que la del escenario local se ubicó por encima del 20%, según data oficial. Destacan las apreciaciones de las firmas privadas que desconocen esta cifra y de acuerdo con cálculos propios, esta fue mayor al 38%.
De acuerdo con estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), sólo hay 9 países de 188 naciones en el mundo con una variación de los índices de dos dígitos, de los que destacan Venezuela y Argentina en primer y segundo lugar respectivamente.
El espejo
La característica más representativa que comparten estas dos economías es la escasez de dólares, que con la caída de los precios de los commodities se agudiza aún más. Sobre todo en el caso venezolano, donde el 95% de los ingresos de exportación provienen del petróleo.
otra de las similitudes a destacar entre los dos países es que “el sector público gasta mucho más de lo que recauda. La brecha que no compensan con deuda, la cierran con emisión monetaria. Al haber más billetes en circulación en la economía y con las expectativas de que habrá menos dólares se forma el cóctel “perfecto: inflación y presión cambiaria”.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que Venezuela arrastra cúmulos de deuda mucha más significativos que la Argentina. No conforme con ello, la situación se agrava debido al perfil de importador neto de alimentos de la nación caribeña. Caso contrario, es el del país sureño, donde se produce gran parte de los bienes de consumo básico.
El mal de los “Precios Cuidados”
En enero de 2014, el presidente Nicolás Maduro introdujo la “Ley Orgánica de Precios Justos”, cuyo fin principal es autorizar al Estado a fijar precios máximos, establecer márgenes de ganancia y aplicar multas, revocar licencias o incluso aplicar penas de prisión al sector privado venezolano.
De acuerdo con el mandatario, el propósito del reglamento es garantizar la estabilidad de los precios ya que, según sus propias declaraciones “la inflación y la escasez son causadas por un sabotaje económico de parte de las empresas y los opositores políticos”.
En esa misma línea, Cristina Fernández también ha criticado en reiteradas oportunidades al empresariado argentino alegando que “especulan”, atribuyendo a este comportamiento el alza de los precios de los productos.
Bajo esa premisa y en aras de frenar la presión inflacionaria, durante el último trimestre de 2014 tuvo lugar la aprobación de la polémica reforma de la Ley de Abastecimiento, medida que reaviva aún más los debates en torno a los paralelismos entre el modelo económico venezolano y el local.
Queda sobre la palestra la interrogante de si, en función de estos acontecimientos, la Argentina se verá azotada en el mediano plazo por un comportamiento hiperinflacionario como los registrados en el pasado. ¿Se aprendió de los errores?
Referirse a la Argentina como “Argenzuela”, no es una novedad. Gran parte de los locales hace uso de este apodo, señalando las similitudes existentes entre las políticas chavistas impuestas en Venezuela y las impulsadas por el gobierno kirchnerista.
Los paralelismos cobran fuerza si se tienen en cuenta temas como: la inflación, el control cambiario, leyes de control de abastecimiento, la ambigüedad del sistema de justicia, entre otros aspectos. En esta oportunidad, se abordará lo que concierne a la inflación, el resto es harina de otro costal.
Volviendo al tema, los hechos hablan por sí solos. En días pasados, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), dio a conocer los resultados del balance las economías de la región para cierre de 2014. El informe señala una tendencia inflacionaria al alza, superior al 9%, impulsada por los indicadores de Argentina y Venezuela.
El país caribeño registró una inflación en torno al 63% para finales del año pasado, mientras que la del escenario local se ubicó por encima del 20%, según data oficial. Destacan las apreciaciones de las firmas privadas que desconocen esta cifra y de acuerdo con cálculos propios, esta fue mayor al 38%.
De acuerdo con estudios del Fondo Monetario Internacional (FMI), sólo hay 9 países de 188 naciones en el mundo con una variación de los índices de dos dígitos, de los que destacan Venezuela y Argentina en primer y segundo lugar respectivamente.
El espejo
La característica más representativa que comparten estas dos economías es la escasez de dólares, que con la caída de los precios de los commodities se agudiza aún más. Sobre todo en el caso venezolano, donde el 95% de los ingresos de exportación provienen del petróleo.
otra de las similitudes a destacar entre los dos países es que “el sector público gasta mucho más de lo que recauda. La brecha que no compensan con deuda, la cierran con emisión monetaria. Al haber más billetes en circulación en la economía y con las expectativas de que habrá menos dólares se forma el cóctel “perfecto: inflación y presión cambiaria”.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que Venezuela arrastra cúmulos de deuda mucha más significativos que la Argentina. No conforme con ello, la situación se agrava debido al perfil de importador neto de alimentos de la nación caribeña. Caso contrario, es el del país sureño, donde se produce gran parte de los bienes de consumo básico.
El mal de los “Precios Cuidados”
En enero de 2014, el presidente Nicolás Maduro introdujo la “Ley Orgánica de Precios Justos”, cuyo fin principal es autorizar al Estado a fijar precios máximos, establecer márgenes de ganancia y aplicar multas, revocar licencias o incluso aplicar penas de prisión al sector privado venezolano.
De acuerdo con el mandatario, el propósito del reglamento es garantizar la estabilidad de los precios ya que, según sus propias declaraciones “la inflación y la escasez son causadas por un sabotaje económico de parte de las empresas y los opositores políticos”.
En esa misma línea, Cristina Fernández también ha criticado en reiteradas oportunidades al empresariado argentino alegando que “especulan”, atribuyendo a este comportamiento el alza de los precios de los productos.
Bajo esa premisa y en aras de frenar la presión inflacionaria, durante el último trimestre de 2014 tuvo lugar la aprobación de la polémica reforma de la Ley de Abastecimiento, medida que reaviva aún más los debates en torno a los paralelismos entre el modelo económico venezolano y el local.
Queda sobre la palestra la interrogante de si, en función de estos acontecimientos, la Argentina se verá azotada en el mediano plazo por un comportamiento hiperinflacionario como los registrados en el pasado. ¿Se aprendió de los errores?
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